El proceso de la transformación digital se trata más de las personas que de la tecnología. Si queremos que un proceso de transformación digital tenga éxito en una organización, hay que informar internamente, convencer, escuchar, colaborar, acompañar, participar, cambiar, vencer la resistencia.
Colocar a los usuarios, clientes y colaboradores como centro de la estrategia permite desarrollar planes, en donde se utiliza la tecnología como un
medio para resolver los problemas y necesidades de las personas; a la vez que aporta valor para la empresa y los usuarios.
El desarrollar capacidades para innovar será esencial para poder competir en ambientes dinámicos y entornos globales como los que se viven actualmente.
El talento y el ingenio humano apoyados por la tecnología, le permitirán desarrollar un conocimiento que potenciará la innovación para crear productos o servicios de alto valor para las personas, así como también la posibilidad de generar empresas que se conviertan en motores de la economía.
Permitir la flexibilidad y la posibilidad de enfrentar algún tipo de fracaso es muy importante para los colaboradores de la empresa, crear una cultura de innovación donde se puedan dar fracasos controlados permiten a las personas desarrollar la confianza y nuevas habilidades para encontrar soluciones innovadoras a los problemas o necesidades de las personas.